El Parque Rural de Teno está situado en el extremo noroeste de la isla de Tenerife y comprende parte de los municipios de Buenavista del Norte, Los Silos, El Tanque y Santiago del Teide. Con sus 8.063,3 hectáreas, es uno de los espacios naturales más bellos de Tenerife, y ha conservado su gran valor ecológico, paisajístico y cultural, en gran parte gracias a su aislamiento.
Una vez que se es consciente de la complicada orografía de esta zona, resulta asombroso pensar cómo la gente pudo haber vivido en este lugar en tiempos pasados. Podemos asombrarnos por la variedad de paisajes que van desde impresionantes acantilados hasta valles e islas, además de zonas boscosas de laurisilva adornadas por la magnífica arquitectura tradicional.
Caminar en Teno es una experiencia única
El macizo montañoso tiene más de 1.300 metros de altitud, ocupa todo el extremo occidental de Tenerife y está casi totalmente rodeado por el mar. De hecho, originalmente Teno solía ser una isla separada que luego se unió a un terreno más grande para formar lo que ahora es Tenerife. Este aislamiento geográfico ha permitido que sus barrancos y estrechos valles conserven su biodiversidad, arquitectura y costumbres únicas que son difíciles de encontrar en otros lugares de Tenerife.
En las zonas más altas, bendecidas por los vientos alisios responsables del maravilloso microclima de la isla, encontraremos la fastuosa monteverde. Si nos dirigimos al Monte del Agua podemos caminar entre acebos de hoja pequeña y madroños. La exuberante vegetación de esta parte de Tenerife es totalmente diferente al resto de la isla. Además, incluso las parcelas de tierra cercanas pueden tener diferentes especies de flora. Al caminar por la ladera sur del Parque, hay que prestar especial atención a la vegetación que cambia drásticamente.
Este paseo puede generarnos la sensación de haber viajado a otro mundo. La flora más prominente es el arbusto de Euphorbia llamado tabaibas. El panorama vuelve a cambiar en la vertiente norte con imponentes palmeras. En Punta de Teno, hay uno de los lotes de tabaibas y cardos más grandes y mejor conservados de la isla, hay ejemplares de todas las formas y tamaños.
Un rincón de Tenerife lleno de magia
El Parque Rural de Teno alberga varios núcleos urbanos como El Palmar, Teno Alto, Las Lagunetas, Las Portelas, Los Carrizales, Masca y Erjos, que se mantienen gracias a actividades agrícolas y ganaderas. Alrededor de muchas masías se pueden descubrir antiguos hornos de teja o pan, así como tagoras comunales, que son estructuras semicirculares de piedra de hasta tres metros de altura utilizadas por los indígenas de Tenerife para resguardarse del viento.
Punta de Teno, el punto más occidental de la isla, se encuentra entre grandes acantilados. En este lugar se puede contemplar el contraste entre los escarpados barrancos que desembocan en pequeñas playas, y los grandes valles que forman Isla Baja y Teno Bajo. El área alberga una gran cantidad de especies animales, incluso es refugio para algunas especies locales amenazadas. Allí podemos descubrir un antiguo faro que se conserva en buen estado. Desde el faro se puede disfrutar de las mejores vistas de los acantilados de Los Gigantes, así como de una increíble puesta de sol.
Qué podemos hacer en Teno
Llegar a Teno ya es una experiencia en sí misma, podemos disfrutar de vistas espectaculares durante todo el viaje. Una vez en la zona, no hay que perderse la oportunidad de hacer senderismo, kayak, paddle surf, buceo o bicicleta de montaña.
Se puede disfrutar de 100 kilómetros de senderos homologados. En esta zona se encuentran los barrancos más profundos de Tenerife, donde los primeros habitantes de Masca construyeron sus primeras masías. Este pintoresco enclave es uno de los mejores ejemplos de la arquitectura tradicional canaria. Hasta hace apenas unas décadas, estaba prácticamente aislada del resto de la isla debido a su difícil acceso.
También vale la pena visitar el Centro de Visitantes Los Pedregales, que informa a los turistas interesados en la red de senderos y otros puntos de interés del parque de manera personalizada. Allí se puede aprender más sobre el macizo rocoso de Teno, el cual data de hace más de ocho millones de años.
En el recorrido también se puede visitar las impresionantes playas de arena negra como Masca, ubicada al pie de los acantilados. Finalmente, en la búsqueda del Teide, se puede vagar por las arboledas siempre verdes de florecientes Laurisilva que cubren las laderas que se elevan hacia el este.
El Palmar también es una buena opción para hacer una primera parada. Un agradable paseo por sus caminos demuestra que más allá de los indudables valores naturales y ecológicos del lugar, se trata de un espacio cultural. De ahí la gran importancia del lugar. Deambulando por este paraíso, encontraremos impresionantes fósiles geológicos.
También existen varios senderos que parten hacia el Monte del Agua. Un pequeño paseo que nos permitirá llegar a las primeras pistas cubiertas de Laurisilva, uno de los ecosistemas forestales más imponentes de Canarias. Los antiguos caminos de Erjos atraviesan este paraje umbrío y húmedo que alberga uno de los bosques mejor conservados de Canarias. El techo verde del Monte del Agua contrasta con las laderas rocosas que ascienden desde El Palmar hacia Teno Alto. Este es el dominio de las tabaibas, cardos, palmeras y dragos, especies a las que les gusta el sol y no son muy exigentes en cuanto al agua.
El camino hacia la Punta de Teno
A 11 kilómetros de El Palmar se encuentra el Caserio de Masca, uno de los lugares más impresionantes de la isla. Solo hay un puñado de pequeñas casas aferradas a los acantilados que forman un paisaje simbiótico humano y natural único. En este lugar, se puede encontrar algunas de las arquitecturas tradicionales mejor conservadas de la isla. Los restos de acequias, cañerías y terrazas de cultivo nos trasladan a un pasado aún reciente en el que la agricultura de subsistencia era el principal pilar económico de los hogares locales.
La carretera TF-445 llega hasta la costa entrando literalmente al interior de la montaña. Varios túneles excavados en la roca dan paso a plataformas que se precipitan al mar. Tras el muro, el paisaje vuelve a ser más horizontal, creando un lugar de suaves perfiles enclaustrados por el acantilado de Los Gigantes. Punta de Teno finaliza el vértice noroeste de la isla y es uno de los lugares más impresionantes de Tenerife.
Al llegar a este hermoso lugar no solo podremos ver los acantilados desde un punto de vista excepcional, sino que también se puede vivir una de las experiencias de playa más auténticas de las Islas Canarias. Un brazo de lava se adentra en el mar creando pequeñas calas, pequeños puertos y acantilados desde donde podemos darnos un chapuzón en las aguas más cristalinas de la isla. El faro de Teno, última luz de Tenerife antes de adentrarse en el Atlántico, aporta un toque épico; los atardeceres allí son los más sublimes.
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